El pasado lunes, 10 de mayo de 2010, recorrimos la senda del río Manzanares a su paso por el término municipal de Getafe; concretamente por Perales del río. Como este año está siendo muy lluvioso, el río discurría alegre, cantarín, enérgico y con un caudal considerable.
Como consecuencia de tan abundantes precipitaciones, la vegetación de ribera destacaba por su frondosidad, su exuberancia y su intenso color verde salpicado, de vez en cuando, por las flores de los jugosos y enormes cardos.
Nos resultó muy agradable acompañarle en su discurrir y, paseando por su margen derecha, fuimos observando toda la belleza que la Naturaleza nos ofrecía.
Tristemente también pudimos observar el resultado de la irresponsabilidad de algunas acciones humanas: neumáticos en el lecho del río, hierros retorcidos y oxidados abandonados en las inmediacciones, abundantes vertidos de negros aceites y carburantes, muchísimos restos de los plásticos utilizados en los invernaderos... Cuando observamos tanto descuido y tanta contaminación nos sentimos bastante afectados porque el río no está cuidado y protegido como debiera estarlo.
¡El río Manzanares, en Getafe, está enfermo y necesita recuperar la salud!
Tristemente también pudimos observar el resultado de la irresponsabilidad de algunas acciones humanas: neumáticos en el lecho del río, hierros retorcidos y oxidados abandonados en las inmediacciones, abundantes vertidos de negros aceites y carburantes, muchísimos restos de los plásticos utilizados en los invernaderos... Cuando observamos tanto descuido y tanta contaminación nos sentimos bastante afectados porque el río no está cuidado y protegido como debiera estarlo.
¡El río Manzanares, en Getafe, está enfermo y necesita recuperar la salud!
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