LA EDAD MEDIA

Se inicia a partir de la caída del Imperio romano en el año 476 d.C.

La debilidad romana hizo posible que algunos pueblos procedentes del Norte y Este de Europa fundaran  nuevos reinos en las tierras del antiguo Imperio. En Hispania se instalaron los Visigodos, siendo su capital la ciudad de Toledo.

Con el tiempo, el pueblo visigodo desapareció como consecuencia de sus luchas internas y las invasiones de los pueblos del Norte de África, que se iniciaron en el año 711 d.C.

Los pueblos que llegaron del norte de África dominarán casi toda la Peninsula Ibérica, excepto las tierras del Norte.  Al territorio ocupado por estos pueblos lo llamaron Al-Andalus y a su máxima autoridad Califa.




Estos pueblos aportaron un gran desarrollo en  la cultura, la artesanía, el comercio, avances en técnicas de regadío y nuevos cultivos.

Al mismo tiempo, los reinos cristianos del Norte iniciarán la reconquista de la Península, que durará hasta 1492.

Durante todos estos años la sociedad mediaeval estará formada por los siguientes grupos sociales:

El pueblo estaba formado por los campesinos y los ciudadanos.
Algunos campesinos tenían  tierras propias y  otros labraban las del clero y la nobleza a cambio de una parte de la cosecha. Los ciudadanos o habitantes de las ciudades eran artesanos, agrupados en oficios o gremios, y comerciantes.

HISTORIA. LA EDAD ANTIGUA.

Los fenicios.

Fue uno de los pueblos que más importancia ha tenido dentro de la historia del Mediterráneo. Procedían de la zona del actual Líbano y se organizaban en ciudades-estado autónomas, que eran gobernadas por un soberano, al que apoyaban las familias principales de esa ciudad.

Su economía estaba basada, principalmente, en el comercio y  la industria.

Comenzaron a expandirse por el Mediterráneo hacia el año 1.200 a.C. gracias a que eran unos magníficos navegantes-comerciantes.

Sus  barcos  medían aproximadamente 20 m de eslora por 5 m de manga. En ellos transportaban todo tipo de mercancías, incluídas las preciadas maderas para construirlos. También comerciaban con objetos de lujo como el vidrio, tejidos de color púrpura, objetos de metal, cerámicas etc.

Para poder realizar mejor su comercio, fundaban ciudades o colonias por todo el Mediterráneo. Se trataba de puertos, con una ciudad fortificada, dedicados, principalmente al comercio, pero también se desarrollaban otras actividades necesarias como la ganadería, la pesca, la artesanía... Posiblemente también se sentían atraídos por la riqueza en metales de la Península Ibérica ( plata, hierro y estaño).

Según los indicios encontrados por los arqueólogos, establecieron contacto con los Tartesios, en el sur de la Península.

A los fenicios se debe la fundación de la ciudad de Gadir ( Cádiz). También fundaron Cartago en el norte de Africa.

Su gran aportación fue el alfabeto,  como medio de escritura que permite simplificar el número de signos necesarios para  las anotaciones de sus transaciones comerciales y el resgistro de las mercancías de sus almacenes.